Era un domingo 26 abril del año 1986, varios médicos del Hospital de Clínicas fueron detenidos por la policía al ser acusados de promover acciones contra el régimen de Alfredo Stroessner.
En la catedral de Asunción se realizó una misa de apoyo a aquellos médicos del Hospital, asistieron varios dirigentes sociales, políticos y ciudadanos que no estaban de acuerdo con el gobierno dictatorial de aquel entonces.
Al terminar la misa, los asistentes salieron a la explanada y al ver que fueron rodeados por camiones blindados, hidrantes y antimotines de la Policía Nacional empezaron a cantar “Patria Querida”.
Los policías trataron de dispersar a los en ese momento ya manifestantes, con grandes chorros de agua y realizando una presión cada vez mayor con los antimotines.
Fue en ese momento cuando una mujer, de nombre Liz Fernández Casabianca, sin importarle el riesgo que corría, salió del grupo de ciudadanos y enfrentó a la fuerza policial con las manos libres, y actitud valiente y desafiante diciéndoles “váyanse de aca” !
En ese momento el fotógrafo José Moreno, del Diario Última Hora, se colocó en frente, sin pensar en el peligro que corría, inmortalizó ese instante, imagen que posteriormente fue adoptada por distintas organizaciones como símbolo de la lucha contra la dictadura.
Liz Fernandez Casabianca tenía motivos para protestar contra el régimen, un día antes de su nacimiento, en 1958 la policía entró a la casa en busca de su padre, Ignacio Fernández Casabianca.
Nacida en Asunción, ya en plena adolescencia tuvo gestos de rebeldía crítica. Estudió en el Colegio Internacional, época en la cual se negó a participar del desfile estudiantil organizado por Stroessner en honor del dictador chileno Augusto Pinochet, de visita en Paraguay en 1974.
Ganó una beca de estudios para Estados Unidos, pero Pastor Coronel le negó durante semanas el pasaporte, debido a la afiliación de su padre, Ignacio Fernández, conocido como Fernández Puku, dirigente del prohibido Partido Comunista. El mismo había estado preso en la Comisaría 3º junto con los presos más antiguos de América Latina -los Maidana, Alcorta, Rojas-, de 1964 al 1969, y logró su libertad luego de una huelga de hambre de 40 días y una intensa presión internacional.
Ya libre, su papá tuvo que buscar asilo en la Embajada del Uruguay, ubicada entonces en España y Boquerón -actual Parque Serenidad- y de allí logró, luego de varios meses, salir para ir al aeropuerto.
Fue a Montevideo y de ahí a Europa. En todos esos años, su madre, Gladys Casabianca inculcaría a ella y a sus hermanas la conciencia de que no debían avergonzarse de que su padre estuviera detenido. “Él está allí por sus ideas”, les indicaba.
A los 18 años sufrió una crisis grave que se prolongó durante 10 años, consecuencia de lo sufrido durante el régimen, hasta que se casó y fue a vivir a Buenos Aires. La falta de su papá la marcó profundamente.
Recopilación: Shirley Gomez Valdez
FUENTES: “Una mujer desafía a la dictadura” Artículo y fotografía de la sección especial por los 40 años del Diario Última Hora / “22 testimonios de lucha por la Libertad” de Antonio V. Pecci, Colección memoria histórica.
IMAGEN: Fotografía de José Moreno, archivo del Diario Última Hora.